Cuando te conectas de manera profunda con el contenido de un video, simplemente te dejas llevar por un conjunto de elementos sutiles en la transmisión del mensaje, que de manera intencionada el interlocutor implementa para hacerte sentir parte de la experiencia. Lo más importante es que muchos de estos recursos no dependen de la tecnología que se use, sino que guarda su importancia en la forma cómo se articule la información desde el lenguaje y la puesta en escena. A continuación, presentaremos una lista de buenas prácticas desde estos dos enfoques, que harán de tu producción audiovisual una pieza memorable para tus estudiantes.